Seguimiento participativo del cangrejo rojo de manglar y su implicación en la comunidad
El cangrejo rojo de manglar (Ucides occidentalis) es un recurso pesquero artesanalmente explotado hace varias décadas atrás. Además de la importancia ecológica que tienen dentro del ecosistema manglar, posee alto valor económico y social. Actualmente al menos 3.383 personas están dedicados a esta pesquería (Fuente: FENACOPEC). Es por esta razón que, el Instituto Nacional de Pesca (INP), desde el año 2004, ha llevado un registro de información pesquera, que inicialmente consistía en entrevistar a los cangrejeros.
Sin embargo, desde febrero del 2011, se implementó un sistema de recolección de datos, en el cual los usuarios del recurso son parte fundamental. En este modelo de obtención de información, el pescador (cangrejero) terminada su faena, registra su captura, tiempo de trabajo y otros datos que al término del mes serán entregados al INP.
Esta metodología se conoce como “Seguimiento Participativo” e involucra, además de los pescadores y técnicos, la comunidad en general que, de manera directa o indirecta están vinculadas. Adicionalmente, los cangrejeros colaboran con los técnicos en estudios paralelos que son independientes de la pesquería y que buscan conocer características poblacionales del cangrejo rojo de manglar.
En base a la información generada, periódicamente, se obtienen resultados que son difundidos a través de talleres y conferencias a distintas comunidades de cangrejeros y público en general, que incluye a las autoridades del ramo. El objetivo de esta divulgación es que los actores de esta pesquería, conozcan la situación actual del recurso de primera mano, para mejorar su manejo y estado poblacional. Además, con estos talleres se busca reforzar el seguimiento y la conciencia conservacionista que debe existir de forma inherente en los cangrejeros.
En la actualidad son 26 organizaciones que se han comprometido a trabajar en el seguimiento participativo, las mismas que realizan sus faenas en varias zonas del Golfo de Guayaquil (Puná, Isla Verde, Mondragón, Naranjal, Balao, Churute, Archipiélago de Jambelí). El compromiso adquirido esta empoderado por parte de las organizaciones, que ven en esta colaboración con el INP, una posibilidad de realizar un manejo adecuado del recurso en base a su realidad local.